sábado, 13 de abril de 2024

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO TERCERO DE PASCUA. CICLO B.

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS ALGO MAS QUE UN SIMPLE ACONTECIMIENTO.


Entramos en el tercer domingo de Pascua en donde los textos que se ofrecen a nuestra reflexión nos siguen hablando de la Resurrección del Maestro que poco a poco se va dejando encontrar por aquellos que estaban con el y a quienes ya les había hablado de este acontecimiento.

 En la primera lectura seguimos escuchando el testimonio de Pedro que invita a su gente a aceptar a Jesús como el Señor y a quienes ellos llevaron a la cruz pero que a su vez es salvación para todos los  que se vuelvan a el, porque él borra los pecados y está siempre dispuesto a acoger. El testimonio de Pedro es valiente pues no calla y habla con limpieza y sinceridad, el pecado está en el rechazo que ellos hicieron del justo llevándole a la cruz, pero  hasta eso es perdonado si se vuelven a el y lo aceptan. No va a existir represalia, no va a exigir pago alguno, no va humillar ni a castigar, el viene a salvar.  Al que ustedes mataron, les dice, Dios lo ha resucitado de entre los muertos y así se ha convertido en nuestra salvación. No se olvida Pedro del detalle de Jesús en la cruz antes de morir  en donde pide el perdón para todos y con disculpas. Pedro hace lo mismo recogiendo el sentir del Maestro cuando les dice: "Sé que lo hicisteis  por ignorancia  y vuestras autoridades lo mismo". No se podía esperar menos.


La segunda lectura vuelve a ser de la primera carta de Juan y en ella nos encontramos que el apóstol nos invita a que no pequemos, pero si caemos, nos dice, no hemos de desesperar porque alguien abogará por nosotros ante el Padre: " Jesucristo, el Justo. El es victima de propiciación de nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero". Así que, si decimos conocerle se ha de notar en nuestro comportamiento, - para Juan el pecado consiste en negar a Jesús -  en nuestra relación con los otros, en nuestro vivir cotidiano. Si queremos ser dignos portadores del nombre de Jesús, Cristianos, hemos de ser sinceros, transparentes y consecuentes con el nombre que nos identifica, el de Cristo.

El texto del evangelio vuelve a traernos al presente  el primer encuentro de Jesús con los discípulos cuando estos llenos de miedo y sin saber qué hacer  se encuentran conque el Señor está en medio de ellos ofreciéndoles la paz, devolviéndoles la alegría perdida y la certeza de aquello que la razón quiere ver como una sin razón o alucinación. Ha resucitado y es el mismo que con ellos compartía  en el día a día cuando enseñaba y caminaban por los caminos polvorientos de su tierra anunciando la buena Noticia del Reino de Dios.

Pero hay algo mas que no debemos pasar por alto y es que se nos dice en el texto que El, refiriéndose a Jesús Resucitado, "les  abrió el entendimiento para  comprender las Escrituras " El nos ayudará a comprender y entender lo que  se nos hace cuesta arriba.

Así que, la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo inaugura una nueva era en donde todo el que le acepte, todo el que le mire, va a encontrar una respuesta a su inquietud, a su vida, va a encontrar una llamada a salir del propio circulo, va a encontrar un revés ante la posible negación de la mente ante la fortaleza de Dios y con ello una escuela de humildad que nos aproxima a nuestro ser interior y lleva  a comprender que es en el Otro, con el Otro , desde el Otro,  desde donde podemos encontrar  lo que nos identifica y realiza como criaturas llamadas a  reencontrarse y a reconocer a su creador.

La Resurrección de Jesús no es un simple acontecimiento inconsecuente, no, sino que es  la transformación y sanación de toda la realidad marcada por el pecado del hombre y  repuesta en su lugar de origen en la creación, en donde se mira y se siente  como fruto del amor divino.

¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!

José Rodríguez Díaz 



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