sábado, 23 de junio de 2018

LA REVOLUCIÓN DEL HAMBRE

A lo largo de toda la semana hemos visto como los migrantes  han ocupado  las portadas de los medios de comunicación sin pretenderlo ni buscarlo. Lo pobres han ocupado el centro de atención y han despertado diversas reacciones en todo el mundo. Europa sigue encastillada en su no querer mirar el problema de frente, los migrantes siguen llegando y los países cuyas tierras  baña el Mediterráneo tienen miedo de estas oleadas de personas que llegan a sus costas, mas los dirigentes que los ciudadanos. También hemos visto como  entre Méjico y estados Unidos pasa lo mismo y en un intento de reprimir las oleadas humanas y de inculcarles miedo se separan los padres de los hijos,  aunque parece que últimamente esta decisión se ha revocado, pero el problema sigue ahí.
 Los pobres de la tierra buscan salida a su hambre, a su miseria, a la inestabilidad que  provoca la falta de trabajo y de seguridad y no les importa  perder la vida, ya no resisten mas.
Lo cierto es que  este es un fenómeno que ha adquirido rango  a nivel mundial puesto que nos podemos encontrar en pocos metros cuadrados gentes venidas de todas las partes del mundo y lo que mas revela lo que hay  en el hondón de todo, que no es otra cosa mas que  el perfil lucrativo, es que cuando son turistas y vienen a nuestras playas, y llenan nuestras ciudades y disfrutan de nuestras cosas pagando, no ha y problema; el problema surge cuando son pobres, cuando el que llega no entra por un aeropuerto, sino que llega en esos artefactos que llamamos patera y que vienen muertos de sed, de hambre,  quemados por el sol, no porque se hayan puesto morenitos en una playa, es que la mayoría, por no decir todos, son negros  y no nos gusta como huelen,  no tienen mucho para gastar y no se alojan ni en hoteles ni en apartamentos  y hay que  ayudarles a encontrar una salida a su vida y para su familia, entonces surge el problema, el mirar para otro lado, el si pero no.
Lo cierto es que los pobres de la tierra estan clamando justicia,  pan para saciar su hambre, casa donde cobijar su familia y  se les esta negando o poniendo trabas, para que puedan vivir con dignidad. Y esto... Esto es responsabilidad de todos, los de aquí, los de allá y los de mas allá. O se van poniendo soluciones eficaces  respetando los derechos humanos o  esta bomba de relojería que nosotros mismos estamos alimentado nos estallará en las manos.
José Rodríguez Díaz   



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