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«Ahora continúo yendo a Misa… Siempre que voy a un sitio nuevo y tengo
una iglesia cerca me encanta entrar y, aunque no haya Misa, me siento en
un banco a rezar... Soy muy devota de la Virgen del Carmen y de la
Virgen del Mar»
«Lo
quiero contar para que todo el mundo sepa que Dios existe y que nos
acompaña… El terremoto hizo un ruido espantoso. Caí sobre la mesilla, me
levanté e intenté abrir la puerta pero no se abría… A veces me levanto
sobresaltado porque pienso que el suelo se mueve. Es una tragedia. Una
cosa es contarla y otra es vivirla»
“Estoy
contento de transportar a personas que rezan con cualquier situación
climática, haya sol o llueva. Rezamos antes y después del embarque de
los pasajeros. Esta es mi contribución para ayudar a la misión de la
Iglesia”
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